¿Cómo controlar el acceso a las piscinas comunitarias?
En los meses de calor, las piscinas de las urbanizaciones vuelven a llenarse de familias con ganas de refrescarse, tomar el sol y relajarse. Pero también de turistas que tienen en ellas sus segundas residencias o incluso que han alquilado una de las viviendas del recinto para disfrutar de unos días de vacaciones.
La cuestión es que, a más personas, más aforos en las piscinas, lo que obliga a tomar medidas para controlar el acceso y evitar que haya gente desconocida ajena a la urbanización que aproveche la situación para colarse. Pero también puede ocurrir que algunos vecinos sean poco responsables y terminen invitando a demasiadas personas a la piscina, lo que puede hacer que haya determinados días en los que la piscina se sature, llegando incluso a ser peligroso.
Peligros de no controlar la entrada de las piscinas
Aunque preparar el agua, las sombrillas y las tumbonas para que todos podamos disfrutar de la piscina es fundamental, lo cierto es que no podemos olvidarnos de cuestiones tan importantes como la seguridad y la privacidad en este tipo de instalaciones. Debemos contar con un sistema de control de acceso a la piscina comunitaria para disfrutar de un verano divertido y sin preocupaciones.
En este sentido, un acceso controlado no aportará tranquilidad. Obviamente, saber que en el área de la piscina solamente se encuentran personas de confianza, familiares, amigos y vecinos, nos permite disfrutar de una manera más relajada.
Además de las molestias que puede conllevar que se supere el aforo, existe además un factor riesgo de vital importancia para los usuarios, ya que el socorrista debe controlar a todos los bañistas que se encuentran en el agua, tener una visibilidad clara y un bañista de acceso rápida al agua en caso de que haya que realizar alguna maniobra de rescate. Y si hay demasiadas personas en la piscina.
Por eso, las diferentes comunidades autónomas establecen sus propias normativas en las que se recogen las diversas restricciones de aforo de las piscinas, que en promedio suele ser de 2 metros cuadrado por bañista en piscinas al aire libre y de 3 metros cuadrados en piscinas cubiertas.
Pero, ¿cómo puede controlarse el aforo? ¿Es mejor contratar a una persona o hay otros métodos más eficaces?
Formas de controlar el acceso a piscinas comunitarias
Un sistema de control de aforo es un método para contar de manera automática el número de personas que pueden acceder a un espacio delimitado. Pudiendo impedir el paso de algunas personas no autorizadas o en el caso de que el aforo esté completo. Lo cual es indispensable para controlar el tráfico de personas en piscinas donde la cantidad de gente es muy elevada.
En la actualidad, podemos encontrar una amplia variedad de sistemas de control de aforo para piscinas, desde el uso de torno o listas de espera, pasando por apps móviles o incluso algún empleado contratado para este fin que se encargue de controlar el acceso o aplicaciones para móviles. Al final es la propia Comunidad de Propietarios la que debe decidir qué sistema de control de aforo es más adecuado.
A continuación te mostramos algunos de los sistemas más habituales en este sentido.
Contratar a una persona responsable
En Urfintek siempre recomendamos que sea una persona contratada la que se ocupe de ello. Por ejemplo, en caso de que la Ley obligue a tener un socorrista, puede ser la misma persona la que lo haga, para que no entrañe ningún gasto adicional. En nuestra empresa de administración de fincas de Madrid, podemos ayudarte a encontrar a la persona adecuada.
Sistema de citas previas
Cuando se trata de una comunidad pequeña, puede establecerse un sistema de citas previas. Un listado donde los vecinos pueden reservar turno para acceder a la piscina. Un método barato, sencillo y que no requiere de mucho esfuerzo siempre que la gente sea responsable y honesta. No obstante, no es recomendable en el caso de comunidades grandes, por lo que sería mejor decantarse por otras alternativas como la de contratar a una persona responsable.
Puerta automática o torno
Este método elimina una de las restricciones del sistema anterior, como la incertidumbre de qué hacer si alguien intenta entrar a las instalaciones de manera forzada o la persona encargada del control de accesos no puede asistir algún día. En estos casos, un torno o una puerta automática ayudarían a controlar los accesos de manera automática mediante dispositivos como llaveros, tarjetas o chips RFID previamente adquiridos o entregados a los autorizados, lo que permite que únicamente los usuarios autorizados a usar la piscina sean quienes pueden acceder realmente.
De esta forma, los trabajadores podrían centrar sus energías en otro tipo de actividades, lo que contribuiría a mejorar las instalaciones y los procesos relacionados con ellas.
App control de acceso
Otra de las opciones más habituales para controlar el acceso a piscinas comunitarias son las apps para móviles, desde donde es posible gestionar y consultar el aforo de la piscina. Desde la propia aplicación, los usuarios pueden ver si hay sitios libres y reservar un horario, lo que lo hace muy cómodo. Además, en función del rol del usuario que acceda al sistema, este ofrece multitud de funcionalidades. Además, algunas de ellas permiten crear y editar bonos de acceso añadiendo variables como duración, fecha, usos o transferibilidad.